martes, 3 de julio de 2012

SILENCIO SÍSMICO SOCIAL


“Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra
y va brotando, brotando como el musguito en la piedra…”
(Volver a los 17, Violeta Parra)

Juan Jorge Faundes
(Punto Final Nº758, 25 de mayo al 7 de junio 2012)


Bajo el hervor de la cotidianidad y la contingencia que sacude a Chile tanto como sus temblores y terremotos, hay una trama, un río subterráneo, una procesión que va por dentro, una energía acumulada como aquella que van generando los roces entre las placas tectónicas y que se junta y junta como el aire de los globos de los cumpleaños. Usted los va viendo crecer sobre sus narices y frente a sus ojos hasta que ¡Blam! revientan como ese criminal auto-bomba que los paramilitares detonaron en la Avenida Chile de Bogotá. Zonas de silencio sísmico son aquellas regiones donde la energía se acumula hasta liberarse con intensidades superiores a 8.0 y 9.0 de Richter, únicas que garantizan la vuelta a un siglo de normalidad tras la tragedia.
Es un símil que grafica los últimos 22 años que viene viviendo la sociedad chilena. El megaterremoto que fue el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 fue el resultado de la fricción entre dos grande placas tectónicas sociales, la placa de los explotados y la placa de los explotadores. Su continua fricción —o “lucha de clases”— mantenida a raya por lazos ideológicos que cegaban la conciencia de las víctimas por medio de “representaciones sociales” y “estereotipos” que les impedían reconocer su real situación, fueron cayendo como telas de cebolla hasta que finalmente fueron muy débiles para atajar el torbellino de magma que las empujaba y con el alumbramiento de una nueva conciencia (jamás antes vista en la Historia de Chile) amaneció el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular. Pero el poder de la otra placa, la de los explotadores era feroz. Todo el poder de la montaña continental se abalanzó sobre la naciente creatura. El magma se trocó en sangre. La vida que surgía del Océano, en muerte. Y ésta llegó cabalgando tanques, aviones de combate y helicópteros artillados operados por un tropel de huasos pijes y empresarios jaibones revestidos con ornamentos de combate deshonrando los más sagrados símbolos patrios. Se escribió la más indigna y triste historia de las Fuerzas Armadas y de Orden de Chile y la bandera de la Jura de la Independencia tuvo que ser rescatada por un comando de patriotas y puesta a buen recaudo hasta su devolución a la Patria y al Pueblo el día 19 de diciembre del año 2003, cuando ya la democracia parecía estar consolidada.  Bárbara Voss, directora del Museo Histórico Nacional,  dijo al finalizar la ceremonia: "Este es un gesto hermoso. Cuando se hizo la primera bandera, era para crear un país. Hoy, la devolución de este símbolo habla de la importancia del país que queremos crear hacia adelante."
Tras el cataclísmico golpe, como en una paradoja diabólica, el Pueblo volvió a quedar amarrado y la fricción entre la placa tectónica de los explotados y de los explotadores volvió a estabilizarse. Pequeños temblores en el transcurso de la dictadura no ocasionaron grandes cambios ni liberaron la energía que una vez más iniciaba su largo y lento período de acumulación o “silencio sísmico social”. Esa energía que se acumula y acumula con el paso de los años se llama frustración, se llama rabia, se llama esto es el colmo, ya no doy más, hasta cuándo mierda me tratarán así, por la chucha que estoy cabreado, ¡basta hijos de puta, basta! Y ni siquiera el término formal de la dictadura, el arcoíris de la Concertación por la Democracia, los sucesivos gobiernos de estos 22 años han sido suficientes para liberar la indignación que se sigue acumulando. A lo más equivalen a temblores grado 5.0 ó 6.0 de Richter, quizás algunos podrían equivaler hasta grado  7.0… como la esperanza renovada cuando ganó la Presidencia Michelle Bachelet, como la Revolución de los Pingüinos, como la Revolución Estudiantil liderada por Camila Vallejo, pero rápidamente la desilusión vuelve a instalarse porque la fricción entre las placas sigue igual. Las encuestas son elocuentes. Ya muestran una tendencia, la institucionalidad política está en crisis, la ideología dominante está en crisis, el magma de la indignación popular, del odio de clases (aunque nos disguste esa palabra) presiona y presiona. Las representaciones sociales y estereotipos sustentadores del sistema de explotación comienzan una vez más a caer como telas de cebolla; y es más evidente la necesidad de cambios estructurales que demuelan la torre normativa, política e ideológica que como un Costanera Center es baluarte de la clase tectónica explotadora. El Pueblo ya empuña y blande la guadaña transformadora porque ya no da más; pero la clase tectónica explotadora tiene el poder de abrir o cerrar las fauces del león; y de seducirlo desde aquella hermosura encerrada en los laureles de los malls que con su varita parecen convertirlo todo en dinero.


viernes, 11 de mayo de 2012

EL CUESCO DE LA BREVA


Juan Jorge Faundes
(en Punto Final, 11 a 24 de mayo 2012)



“…no necesitamos aumentar más los impuestos y más aún, no queremos matar una economía tan sana como la chilena" (Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, a CNN)

Imaginemos que La Justicia es una mujer que está sentada en su trono, que en su mano derecha tiene la espada y en su izquierda la balanza. En el mundo de la economía, sin duda que esta mujer viene a cortar; es la función de su espada; cortar, rebajar lo que algunos tienen en demasía. Y la blande en la mano derecha que es la mano de la acción.  ¿Dónde hay que cortar?
Me voy a Forbes… Y me pongo a hojear su ranking del año 2012, desciendo con mi dedo índice en esta nómina que aglutina a la burguesía global, y… en el puesto número 32 aparece Iris Fontbona y familia, nada menos que la viuda de Andrónico Luksic, fallecido el 2005. El Grupo Luksic. Su fortuna: 34 mil 970 millones de dólares. Su negocio son las minas de cobre (mineras Los Pelambres, El Tesoro, Michilla y Esperanza), a través de Antofagasta PLC; y la industria y la banca desde el holding Quiñenco:  Empresas Lucchetti, Forestal Colcura, Banco de Chile, Compañía de Cervecerías Unidas, Heineken, Cervecera Austral, Calaf, Viña San Pedro, Pisquera de Chile, Sudamericana de Vapores, Entel, Canal 13, Shell Chile, Madeco… ¡Ah! Me olvidaba del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia.
En el puesto número 86 encuentro a Eliodoro, Bernardo y Patricia Matte, el Grupo Matte, cuya fortuna suma, según Forbes, diez mil doscientos millones de dólares. Destaca la revista que este grupo está basado en los sectores forestal y productos de papel mediante la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), una de cuyas filiales es Forestal Mininco, y participa en empresas bancarias (Bernardo es presidente del Banco BICE) y otras. Filiales de Empresas CMC, con distintos nombres, se despliegan además por Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay. Patricia es socióloga y trabaja en el Instituto Libertad y Desarrollo, conocido think tank UDI del que fue fundador el actual ministro Larroulet.
Sigo deslizando mi vista por el ranking mundial de Forbes y un poco más abajo, en el lugar 98,  figura Horst Paulmann y familia, con nueve mil trescientos millones de dólares.  Forbes no duda en calificarlo como el Rey Latinoamericano del retail en la primera línea de su reseña. Dice que es dueño de centros comerciales, supermercados, grandes almacenes y home centers, corretajes de seguros, centros de entretenimiento familiar y agencias de viajes. Sólo en supermercados cuenta con 658 en Chile, Argentina, Brasil y Perú. Bueno, y está a punto de inaugurar el Costanera Center, el edificio más alto de América Latina. Cuando yo era chico lo veía atendiendo su pequeño almacén “Las Brisas” en Temuco, un autoservicio de 160 metros cuadrados, inaugurado en 1960. Dieciocho años después, en 1978, inauguraba en Santiago el hipermercado Jumbo. Meteórica carrera empresarial. Todo un self made man.
¿Habrá alguien más en la lista para que la señora Justicia les aplique con su espada un recorte tributario y la balanza de su mano izquierda pueda retornar a un sano y equitativo equilibrio?
¡Oh! En el puesto 521 aparece siempre sonriente nuestro Sebastián Piñera, sí, el Presidente, con una fortuna más pequeña que los anteriores, claro, sólo dos mil cuatrocientos millones de dólares, la nada misma, pero pior es na. Forbes lo señala como el fundador del  gigante de las tarjetas de crédito Bancard, además de referir que vendió Chilevisión, LAN, etc., cuando asumió la Presidencia. Además Forbes lo tiene como el Nº66 en la galería de los más poderosos del planeta. El primero es Obama.
El último chileno de la lista está en el lugar 1015: Roberto Angelini Rossi, con apenas mil doscientos millones de dólares como fortuna. Un pelo de la cola.   El Grupo Angelini tiene inversiones en la pesca, la minería, el cobre, la madera y el gas natural.
Si hacemos una breve operación matemática, tenemos que:
Grupo Luksic: 34.970 millones de dólares; más Grupo Matte: 10.200 millones; más Horst Paulmann, 9.300 millones; más Sebastián Piñera, 2.400 millones, y más Grupo Angelini, 1.200 millones de dólares. Suma total: 58.070 millones de dólares, un 23 por ciento del PIB 2011. La fortuna de estas cinco familias equivale a la cuarta parte de lo que produce Chile cada año. Entre tanto, todas las remuneraciones de los siete y medio millones de chilenos ocupados, suman al año 80.000 millones de dólares. Un tercio del PIB.
Según el Ministerio de Educación el costo total de la Educación desde la parvularia hasta la superior es de un  6,7 por ciento del PIB. El 40% lo aporta el Estado. Con 8.600 millones de dólares más cada año (que hoy pagan los propios estudiantes o sus familias)  podría ser totalmente gratuita. Bastaría un diez por ciento anual de impuesto al patrimonio a estos cinco grupos y a otras pocas grandes empresas.-