“Concluiré
diciendo solamente que un príncipe necesita tener al pueblo de su lado: en caso
contrario, en las adversidades no tendrá remedio alguno” (Maquiavelo, El Príncipe, capítulo IX)
Juan Jorge Faundes
Juan Jorge Faundes
Ante la inminencia del 2015, me desprendo de mi máscara de
periodista, escritor, editor y librero y me transmuto en tarotista. Ya está. Y
ahora, la pregunta del año:
¿Cómo se viene el 2015?
Barajo mi mazo para sacar primero la carta que definirá a
los próximos doce meses. Pero antes, una cae involuntariamente, es La Rueda de la Fortuna. Pienso en la
“sincronicidad” de Carl G. Jung, concepto que se refiere a aquellos fenómenos
que no tienen relación de causa-efecto entre sí, pero que son significativos
desde el punto de vista simbólico. Según Jung, en la aleatoriedad del tarot y
la astrología opera la sincronicidad.
La Rueda de la
Fortuna muestra a la Esfinge, “estatua viviente” para los egipcios, y
símbolo de la realeza, dada la fuerza y el poder del león. Tiene una corona y
una espada, y está sentada en un trono sobre la rueda. Pero la manivela que la hace
girar está fuera de su alcance. Quienes
la giran son dos personajes aferrados a sus rayos. Cabeza arriba, a la derecha,
en subida, el dios Anubis. Cabeza abajo, a la izquierda, en bajada, el dios
Tifón.
¿Me dice el tarot que la presidenta Michelle Bachelet
estaría quedando sola e inmóvil, como una estatua (la Esfinge), al margen del
poder real, contemplando el acontecer, mientras Anubis y Tifón manejan el
Estado a su antojo?
Anubis, un chacal
humanoide, representa el oportunismo. Pues el chacal es un cánido depredador parecido
al lobo, pero de menor tamaño, que se alimenta de carroña y pequeños animales. En
la mitología egipcia era también símbolo de la resurrección y de la fertilidad.
¿Quiénes son estos oportunistas que merodean y se reproducen en el entorno
presidencial y resucitan como la mala hierba?
Tifón es un ser alado con varias cabezas de dragón y
serpientes por miembros (¿facciones, tendencias?) que Zeus sepultó bajo el Etna.
Se le asocia con huracanes y terremotos; es el padre de la Esfinge. El padre
político de la Presidenta es el Partido Socialista. ¿El PS moviéndole el piso
a Bachelet? ¿Quiénes dentro del partido?
¿De qué tendencia?
Saco, ahora sí, la carta definitoria del año, complementaria
de la anterior. El Loco. La imagen de
un vagabundo, un caminante seguido por su perro. El pueblo. Pero no el pueblo
estructurado, organizado en instituciones como la CUT, sino más bien la masa,
el lumpen, los movimientos populares eventuales, las marchas. Y este pueblo mira
hacia la Presidenta con actitud de reprocharle que todavía no se haya decidido a
agarrar la manivela y hacer girar la rueda ella misma. El apoyo incuestionable lo tenía.
Ahora saco la carta del obstáculo; aquello que está
impidiendo que la situación se resuelva de modo favorable para el país en su
conjunto. Tomo el mazo de los arcanos menores: el As de Espadas. Alguien empuña una espada que en su punta tiene la
corona. Es una carta que habla de división. ¿Un actor social buscará exacerbar
la distancia de la Presidenta con el pueblo? ¿Anubis o Tifón? He vuelto a barajar
todos los arcanos mayores. De nuevo El
Loco. Ni Anubis ni Tifón promoverán la distancia del pueblo con la presidenta.
¡Es el propio pueblo el que se distancia!
¿Y cómo se resuelve? La
Luna. Hay un eclipse y un camino con dos torres, una a cada lado, dos chacales
aúllan, un cangrejo está sumergido. Simboliza una travesía en la oscuridad. La
Presidenta permanece eclipsada mientras
los chacales mantienen su protagonismo y el pueblo (el cangrejo) está distante,
en el charco, al aguaite.
¿Un último consejo? La
Estrella. ¡Oh! Es mi arcano. ¿Debe contar la presi con mi asesoría
tarotística? ¡Hum!..
(Publicado en revista Punto Final N°820, 26 Diciembre 2014 a 8 de Enero 2015 p. 9)
(Publicado en revista Punto Final N°820, 26 Diciembre 2014 a 8 de Enero 2015 p. 9)