lunes, 11 de mayo de 2009

PATEANDO EL TABLERO


Juan Jorge Faundes (en revista Punto Final, mayo 2009)


“Hoy, la sociedad parece haber retrocedido más allá de su punto de partida; en realidad, lo que ocurre es que tiene que empezar por crearse el punto de partida revolucionario, la situación, las relaciones, las condiciones…” (Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte).


Un temblor grado III en la escala modificada de Mercalli sacudió el piso, focos y parafernalia del set de la Mañana Informativa de los canales TVN-24 Horas. Era  viernes 8, a las 9:45, y el diputado y candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami Gumucio era entrevistado sobre su continua alza en las encuestas. ¡Sincronicidad!, habría gritado Carl G. Jung, para quien sincronicidad es una conexión significativa entre dos o más acontecimientos relativamente simultáneos que no están causalmente vinculados.
¿Cuál es en este caso la conexión significativa?
Marco Enríquez-Ominami estaba en el corazón mismo (a nivel chilensis) de la aldea global anunciada a mediados de los años 60 por Marshall McLuhan (1911-1980), profeta de la Era Electrónica cuando la TV satelital estaba en sus inicios y la Internet era aún una fantasía futurista. Estaba en el vientre de esa ballena panóptica que con sus cámaras (y cada vez más con las cámaras-celulares de la propia audiencia) succiona la vida social, la metaboliza y devuelve “los hechos” a través de millones de televisores y sitios web transmutados en mirada y opinión de quienes dominan en la sociedad.
Allí estaba pues el joven Marco cuando sobreviene el impacto telúrico; o amniótico. Imagínense la danza de un bebé en el útero materno. No pude sino evocar a Marshal McLuhan quien, cuando le preguntaban qué era la verdad, respondía con una cita de Hércules Poirot, el detective de Aghata Christie: Es todo lo que patea el tablero.
Fue aquella una coz potente y en las profundidades: magnitud 5,5 de Richter a 126 kilómetros bajo tierra; aunque algo desviada (108 kilómetros al NE de la localidad de Los Andes, lado argentino de la cordillera). Pero el muchacho lo intenta. Parece que habla claro, de frente; y no espera a creer que ya nadie lo está observando para insultar al periodista.
No resisto la tentación de tomar la baraja y sacar un arcano al azar que refleje simbólicamente ese momento (Marco en la ballena; Jonás en TVN): sale El Ermitaño, el viejo sabio le dicen; el que alumbra con su farol en la mano derecha (la de la razón), apoyado con la izquierda en el báculo de la intuición. Avanza con cautela, pero seguro por el laberinto político (es Ariadna, y la luz de la linterna, su hilo). Sabe que va bien encaminado.
Estamos en tiempo de irrupciones que lo desordenan todo:  los aviones contra las torres de la Matrix iniciaron esta era; les siguió la invasión al Paraíso (recuerden que se localizaba entre el Tigris y el Eufrates); ahora nos atacan el virus subprime y las hipotecas porcinas; Frei y Piñera ya no son vectores de futuro.
El Ermitaño, carta número nueve, puede asociarse al noveno sefirot (“sendero” en hebreo) cabalístico, cuyo símil astrológico es la Luna, fecundidad.  Recordemos que el arcano La Luna es el definidor de la situación actual de la política chilena (Astrolabio pasado).  Yesod, el noveno sefirot es considerado el fundamento, la base, fuente de todo lo existente. ¿Qué o quién hay latente, a punto de irrumpir, de nacer, quién es éste que está pateando el tablero?
Saco una carta para encontrar la respuesta: sale El Sol. Hay un sol emergiendo en la noche del útero lunar de la política chilena. ¿Será, como algunos creen, Marco Enríquez-Ominami Gumucio, cuyos apellidos lo vinculan a dos filogenias que se hermanaron en la Izquierda Cristiana y en Cristianos por el Socialismo? Por su fecha de nacimiento (12 de junio de 1973) Marco es del tercer decanato de Géminis cuyo regente es el Sol. El Sol es símbolo de luz, de verdad, de vida y de poder. ¡Inti! Un poderoso atractor. ¿Deberán el Juntos Podemos, el MAS, el PC-AP, y hasta Héctor Vega y Pamela Jiles ser afluentes de este río? 
¡Cuidado! Despacito por las piedras… No olvidemos que el sol sube, se encumbra, llega al cenit, y a veces con sus radiaciones ultravioletas aniquila todo lo que antes había vivificado. “Brilla el sol de nuestras juventudes, la noche quedó en el ayer”, canta la historia reciente: 1964, la marcha de la patria joven, apertura hacia cambios estructurales, Eduardo Frei Montalva (quien hasta es acusado por la ultraderecha de ser el Kerensky chileno). Luego viene la UP, Salvador Allende, las 40 medidas que hacen que la tortilla se vuelva, y la dictadura militar de Pinochet que cruentamente la regresa a su posición original. Frei Montalva justifica el golpe como alternativa a una guerra civil confiando en un rápido retorno a la democracia (Tras darse cuenta de su error, es asesinado; así al menos hay cada vez mayor convencimiento entre quienes investigan su muerte). El himno franquista “Cara al Sol” nos advierte que éste a veces también puede ser fascista. ¿Entonces? Un protector solar: garantías.-

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